EPISODIO 7: “El Silencio de los Cuerpos”

 





ESCENA 1: HALLAZGO DEL CUERPO

[Interior – Museo cerrado al público – noche. Una instalación artística ha sido alterada. El cadáver de un joven yace sobre un pedestal, con pétalos de amapola en los ojos. Jonathan se acerca lentamente, solo. El resto del equipo llega unos minutos después.]

JONATHAN (en voz baja, mirando el cadáver):

—La muerte como expresión... Qué paradoja tan humana: hacer del horror una forma de belleza.

MARCCHO (murmurando mientras se pone guantes):

—¿Creés que el asesino lo hizo como mensaje?

JONATHAN (sin apartar la mirada):

—No. No para nosotros. Esto no es un grito de guerra, es una carta de amor... a sí mismo. Ego sublimado. Un asesino que se cree artista es más peligroso que uno que se sabe monstruo.

THELEN (desde la puerta):

—¿Y qué decís del cuerpo? ¿Accidente o mensaje?

JONATHAN (girándose lentamente):

—Los accidentes no posan.


ESCENA 2: SALA DE REUNIONES DEL DEIO – MAÑANA SIGUIENTE

[Jonathan dibuja en el pizarrón el patrón de las flores sobre el cadáver. La nueva integrante informática, ADA, observa en silencio.]

ADA (con voz neutra):

—El patrón floral es de uso frecuente en ritos funerarios persas. Pero las amapolas remiten también a la Primera Guerra Mundial. Dolor y memoria.

JONATHAN (asintiendo):

—Una coreografía entre el pasado y el olvido. El asesino quiere eternizar el instante... porque le teme al tiempo.

MARCCHO (confundido):

—¿Y eso cómo nos ayuda?

JONATHAN (mirándolo con una sonrisa suave):

—Toda acción revela una metafísica, Marccho. No se trata de adivinar quién fue, sino de entender qué mundo construyó el asesino para sí... y cómo se siente en él.

(Se detiene un segundo.)

—Decime cómo alguien mata, y te diré qué cree del alma humana.


ESCENA 3: INTERROGATORIO FILOSÓFICO


[Jonathan interroga a un sospechoso: un exprofesor de estética expulsado por plagio. La sala está oscura. Solo una lámpara sobre la mesa.]

JONATHAN (tranquilo):

—¿Cree en la verdad?

SOSPECHOSO (sorprendido):

—¿Cómo dice?

JONATHAN:

—La verdad. No la fáctica. Esa es solo estadística bien contada. Me refiero a la verdad como revelación. Como desnudez. ¿Cree que existe?

SOSPECHOSO:

—Yo creo... que la verdad es una herida abierta. Que por eso la evitamos.

JONATHAN (inclinándose hacia él):

—Entonces el arte, ¿es un método de evasión?

SOSPECHOSO:

—No. Es una confesión decorada.

JONATHAN:

—¿Y el asesinato?

[Silencio tenso.]

SOSPECHOSO:

—Es arte sin testigos.

JONATHAN (en voz baja):

—Pero usted quería testigos. La belleza no le alcanza. Quería un público. Por eso lo pusiste sobre un pedestal.

[El sospechoso tiembla. La tensión aumenta. Thelen observa desde detrás del cristal.]


ESCENA 4: DESENLACE – EL DESCUBRIMIENTO


[Jonathan, solo, en su oficina. El sillón de tres cuerpos parece devorarlo mientras medita. ADA entra en silencio con un informe.]

ADA:

—Confirmado. Las cámaras lo muestran entrando al museo con una caja negra. En ella, las amapolas.

JONATHAN (sin mirarla):

—¿Lo viste en los ojos, Ada?

ADA (confundida):

—¿Qué cosa?

JONATHAN:

—Que no odiaba a la víctima. Que la admiraba. Y por eso la destruyó. A veces... amamos tanto algo que no soportamos que exista fuera de nosotros.

[Silencio compartido. Thelen entra.]

THELEN:

—Buen trabajo, James. Aunque a veces tengo la sensación de que... trabajamos para vos, no al revés.

JONATHAN (levantando la mirada por fin):

—No me sigan. Yo no lidero. Yo solo camino al abismo con los ojos abiertos.


FINAL DEL EPISODIO

La gran oficina del DEIO está vacía. Solo el reloj emite un leve tic-tac. Jonathan se quita el chaleco, deja su cuaderno sobre el sillón de tres cuerpos. Se sienta con lentitud, como quien regresa a un sitio íntimo. Mira el pizarrón con el símbolo del asesino.


JONATHAN (V.O.):

—“Ningún cuerpo guarda silencio para siempre. Cada crimen es una confesión disfrazada de misterio. Y cada noche, el sillón sabe más de mí que nadie.”

Se recuesta. Cierra los ojos. No duerme. Escucha. Espera. Piensa.




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